Como dijimos en la unidad anterior, cualquiera puede hacer arquitectura, pero a la hora de la verdad, la sociedad confiará la construcción de su hogar a aquellos que han entrenado duro y tienen la capacidad suficiente para diseñar una obra en condiciones. Por esto, el arquitecto ha de necesitar una formación la cual dividiremos en tres partes:
- Aprender a ver: Una estructura no puede ser simplemente bella o fea, el arquitecto ha de aprender a ver con otros ojos, ha de ser capaz de poder analizar cada detalle. El mejor entrenamiento para poder perfeccionar esta cualidad es viajar (Nos permite ver la arquitectura desde otro punto de vista), dibujar (Es un proceso de interpretación de la realidad), leer (Nos permite viajar donde no podamos y profundizar ideas), entre otras.
- Aprender a pensar: una vez somos capaces de analizar con detalle una estructura, debemos aprender a apreciarla. El arquitecto ha de ser crítico en este aspecto, ha de poner todo en duda, y tener siempre curiosidad. Una gran ayuda para este aprendizaje es el pensamiento colectivo.
- Aprender a crear: como dijo A. Campo Baeza, un arquitecto lo que hace es construir ideas, sueños, materializarlos. Por eso es importante conocer todas las técnicas de construcción tanto antiguas como modernas y así poder encontrar soluciones técnicas a nuestras ideas. El arquitecto ha de tener visibilidad constructiva.
Las escuelas de arquitectura solamente pueden formar profesionales, los arquitectos se forman por voluntad propia, por vocación e interés personales. Ni la mejor escuela del mundo puede garantizar por si sola que sus egresados serán verdaderos arquitectos.
A. Saldarriaga Roa, 1996
Por esta razón es importante aclarar que el arquitecto no debe tratar su trabajo como un medio de vida. El arquitecto ha de amar lo que hace, lo que diseña, lo que construye…10 años parecen poco al lado de un arquitecto que quiera levantarse por encima de la mediocridad.